#El estante: Tiene la noche un árboles un caos 

#El estante: Tiene la noche un árboles un caos 

Por: Fernanda Huerta 

Antes de que Amparo Dávila nos asombrara con sus relatos misteriosos, mucho antes de que las cuentistas mexicanas contemporáneas desarrollaran inquietantes universos enteros en unas pocas páginas y en libros cada vez más breves; Guadalupe Dueñas estaba trabajando codo a codo con otras grandes de la literatura para abrir un espacio para las mujeres en las letras mexicanas, y no me refiero solamente a que cada vez más mujeres pudieran publicar sus obras; sino abriendo las puertas a temáticas que en ese entonces eran ignoradas y pocas veces apreciadas por la academia.

Muchas veces apodada “Narradora de lo extraño” Guadalupe saltaba entre géneros con mucha gracia, cuentos, ensayos y artículos publicados en revistas de la época (y no lo suficiente en los volúmenes de La Literatura Mexicana) que es muy grato descubrir hoy, en parte como documento histórico de un estilo de vida extinto; pero también para explorar su estilo único y sus temas adelantados a la época. 

Sagaz, sarcástica y con un vocabulario francamente impresionante (te hace visitar frecuentemente al diccionario durante la lectura) hace de su colección de relatos titulada Tiene la noche un árbol, lectura obligada para quien se interesa por la literatura fantástica y de misterio. 

Les recomiendo detenerse especialmente en la historia de Mariquita, una figura sombría y a la vez entrañable; no se pierdan el relato de una araña y sus vivencias aéreas. Visiten las casas embrujadas y las familias de antiguo abolengo que pasean sus delirios de grandeza en pueblos olvidados. Echarán un vistazo al México que a veces olvidamos era el nuestro y en el que la autora plasmó sus experiencias en una familia poco común.

Hasta hace un tiempo, este libro era prácticamente imposible de encontrar, doy fe de haberlo buscado durante varios años en bazares y librerías de viejo. Afortunadamente, en años recientes fue reeditado por el Fondo de Cultura Económica en una antología de obras completas de la autora que recomiendo ampliamente para tener en la biblioteca familiar. 

Cuentan que en 1964, Elena Garro consideraba a Guadalupe la mejor cuentista mexicana, gran halago viniendo de la brillante Elena con quien tiene en común la mala suerte en la difusión tardía de sus obras. Esperemos que como le sucedió a Elena, lectores jóvenes empiecen a interesarse por la magnífica escritura de Pita Dueñas y recuperemos sus obras como libros de cabecera.