#ElEstante: 100 dioses del olimpo, de niños a superhéroes
Una excelente opción para que chicos y grandes disfruten de la justa olímpica
Por Jorge Alonso Espíritu
Los Juegos Olímpicos son, en nuestro tiempo, la reunión de narrativas con mayor pasión, épica e incluso dolor de la que podemos, cíclicamente, ser testigos. No importa si jugamos ocasionalmente un deporte, vamos al gimnasio o nos cuesta levantarnos del escritorio: todos soñamos con la gloria al ver en las pantallas a miles de deportistas que han hecho de su cuerpo un portento, elevándose por encima de los humanos normales.
Nos interesan los movimientos, los músculos, la elasticidad, la velocidad y la inteligencia, pero nada, ni siquiera las medallas nos importan tanto como los relatos. Ser parte de la historia, a través de la televisión –o de las redes sociales- nos otorga una satisfacción especial, presenciar las epopeyas, incluso disentir de ellas, nos hace conocer lo mejor y lo peor de los seres humanos, pero también es una forma de conocer nuestro mundo. Hoy que una pandemia provocó los Juegos Olímpicos más raros de la era moderna, que las grandes ciudades renuncian a la posibilidad de organizar más ediciones multimillonarias, lo anterior sigue siendo cierto.
Los juegos de Tokio 2020 han tenido y seguirán brindando grandes historias para la posteridad: por segunda vez en la historia participa un equipo de refugiados, Simone Biles reivindicando la salud mental sobre el triunfo, Laurel Hubbard se convirtió ya en la primera mujer transgénero en una justa olímpica.
Pocos comentaristas deportivos en nuestro idioma entienden esto a la perfección como lo hace Alberto Lati. El corresponsal mexicano que domina tantos idiomas como datos culturales brilló para toda Latinoamérica en la inauguración de la edición presente, pero lleva años haciendo el mejor periodismo deportivo de los canales nacionales.
Su amplia cultura y su honestidad, junto a un rigor excepcional le han permitido no sólo ser parte de transmisiones audiovisuales, sino escribir una serie de libros de crónica y perfiles deportivos que no tienen desperdicio, e incluso una novela en la que comparte, de otra forma, algunas de las obsesiones de su periodismo.
En 100 dioses del Olimpo, Lati se dirige a los pequeños de casa –pero las breves historias que narra pueden sorprender con facilidad a los grandes- para contarles una centena de perfiles de héroes que dejaron de ser comunes para llevar el sueño olímpico a las más grandes alturas.
La primera mujer en ganar una medalla de oro, sobrevivientes de la guerra, héroes con trastornos mentales o discapacidades físicas superadas, enamorados, mujeres y hombres pequeños volviéndose enormes, sorteando un mar de dificultades para llevar más alto, más lejos, el sueño de ser mejores.
100 historias que, al final, sólo son una pequeña probada entre las miles de narrativas que los Olímpicos nos ofrecen cada cuatro años. Relatos entregados en una bella edición con ilustraciones que, recordando la cartelería del siglo XX, hacen justicia a los dioses del Olimpo laico que es el mundo de los deportes.